Como
estudiantes de filosofía, desde
El Colectivo creemos necesario repensar nuestra formación, en función de incorporar a nuestro plan de estudios
perspectivas necesarias (y en gran medida, ausentes) para comprender mejor
nuestra realidad, interpretarla, y sólo
así ser capaces de
transformarla. Si queremos interpretar nuestra realidad,
debemos poder cuestionar de conjunto la naturalización de las relaciones de género . Éstas son formas sociales y culturales que nos constituyen como sujetos
y si hablamos de identidades en constitución,
también estamos hablando de identidades en disputa.
Por
esto que estamos convencidas y convencidos de que nuestra
formación en filosofía debe encarar de una forma transversal la
problemática de géneros, para discutir con
un sentido común dominante que encasilla a nuestra
población en parámetros
que son desiguales e injustos.
La
enorme lucha del movimiento de mujeres contra los femicidios y en defensa de
nuestros derechos encuentra sus picos más
altos en la enorme movilización del #NiUnaMenos, en los
Encuentros Nacionales de Mujeres y en el #ParoDeMujeres. Simultáneamente, las denuncias por acoso al profesor Dante Palma no son solo
una señal de alerta. En nuestra carrera las prácticas machistas que refuerzan el patriarcado no son una novedad, por
lo que es necesario que nuestra carrera se ponga a la vanguardia de la aplicación del Protocolo contra la violencia de géneros.
Celebramos en este sentido la incorporación de
la materia optativa “Filosofía Feminista” en este cuatrimestre y
entendemos que su inclusión en el plan de estudios
debe ser permanente. La numerosa cantidad de inscriptos e inscriptas -200- demuestra
que el conjunto del estudiantado tiene la necesidad y la voluntad de estudiar otras
temáticas por fuera de lo que ha ofrecido la
carrera hasta el momento. Sin embargo, la actual efervescencia a nivel social
debe servirnos de impulso para generalizar y profundizar la presencia de esta
problemática en nuestra formación, no sólo como una materia puntual.
Estamos convencidas y convencidos de que la disputa por nuestras identidades, géneros y sexualidades no se encasilla ni debe hacerlo en una sola
materia, así como no se lo debe
hacer
en un sólo ámbito
o momento de nuestra vida. Sólo así,
entendiendo el eje de géneros
de una forma transversal y aplicando políticas
para terminar con todas las formas de violencia, vamos a poder dar la disputa
en todos los ámbitos.
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